jueves, 28 de agosto de 2014

TRILOGÍA DE LA FUNDACIÓN – ISAAC ASIMOV



TRILOGÍA DE LA FUNDACIÓN – ISAAC ASIMOV



El ser humano se ha expandido por toda “La Galaxia”. El poder sin límites del hombre le ha permitido domar la adversidad y moldear los mundos a sus necesidades. Es el Imperio: organización sin límites, de infinitas redes de comunicación, de potestad eterna. Todo fluye desde y hacia Trantor, la capital, un mundo metálico en el que los hombres no ven el cielo, un planeta destinado a la burocracia y a la administración, plagado de rascacielos cuyas cumbres se pierden en las nubes, todo confundido en unas alturas desde las cuales es imposible ver el suelo. Ahí Hari Seldon ejerce la psicohistoria, llevando a esta hipotética ciencia a su mayor nivel de desarrollo: mediante infinidad de ecuaciones, ésta permite predecir el devenir de grandes grupos humanos con un porcentaje mínimo de error. Mientras mayor sea el grupo analizado, mayor será la predictibilidad de la psicohistoria. Y Seldon trabaja con mundos enteros: sus ecuaciones no consideran un par de millones, tampoco decenas de millones, sino que cientos de miles de millones de personas sometidas a los avatares de las fuerzas sociales. Y consume su vida en unos cálculos que arrojan un saldo inevitable: el Imperio, en su fortaleza y desarrollo, se ha estancado y prontamente comenzará su degeneración. Lo que antes estuvo unido, muy pronto se fragmentará en infinidad de poderes locales, una orgía cósmica de dominación que llevará a los hombres a un nivel técnico anacrónico. Sin embargo, en su genialidad, Seldon manipula a las autoridades en lo que será la solución definitiva: instala en sendos extremos de la Galaxia las llamadas Fundaciones, mundos ínfimos constituidos por quienes fueron sus asistentes y colaboradores, miles de científicos avocados a la tarea de preservar la cultura para reducir la decadencia de la humanidad y permitir el auge de un nuevo Imperio a un par de miles de años.
La Trilogía de la Fundación, constituida por tres novelas (Fundación, 1951; Fundación e Imperio, 1952; Segunda Fundación, 1952), deviene entonces en una epopeya de magnitudes universales: El Plan Seldon, cuyo gestor se mitifica hasta alcanzar características divinas, permea a los habitantes del primero de sus mundos, cuyo poder técnico influencia solapadamente a los mundos marginales. El segundo mundo, la Segunda Fundación, se mantiene en un misterio que no revelaré. Ambos establecen una constante relación que es también una calculada estructura en la que toda unidad aporta al desarrollo de un conflicto universal. Lo atractivo es que el tratamiento del conflicto permite que  La trilogía… puede ser leída tantos por los cultores del género como por aquellos que nada saben de éste. Y es que no hay ahí exorbitantes batallas espaciales, ni robots, extraterrestres ni clichés psy-fi. Todo lo contrario. El Universo es un espacio de lo cotidiano en el cual podemos leer una aguda interpretación de nuestro propio devenir.
En el escenario del Universo, la Historia se alegoriza en sus avances, en sus retrocesos. De esta forma, a través de los atractivos ropajes de la ciencia ficción, lo que Asimov construye es un relato acerca de las relaciones de las masas con su pasado y su futuro, una novela que expone el poder irrefrenable del cambio que se enfrenta a la inamovible quietud de la tradición.

Asimov, Isaac. Trilogía de la Fundación (1951 - 1952). Barcelona: DeBols!llo: 2014. 899 págs.

lunes, 18 de agosto de 2014

EL APRENDIZAJE DEL ESCRITOR – JORGE LUIS BORGES



EL APRENDIZAJE DEL ESCRITOR –
JORGE LUIS BORGES

Cristóbal Vergara Espinoza

No es esta la primera reseña que realizo sobre un texto biográfico-teórico. Lo que me interesa de éstos es su valor divergente con respecto al género que legitima al autor, pequeñas reflexiones que enriquecen su obra de densidad. Todo autor teoriza, sí o sí, de manera directa o indirecta, alterando constantemente los márgenes de su propia escritura. La obra literaria es en sí misma una teoría que permite analizar un objeto escondido en aquel mismo universo, problema e instrucciones contenidos en aquellas mismas páginas y que se revelan sólo para el lector avezado. Y las tales teorías muchas veces se pierden debido a los círculos académicos que plantean las coordenadas para la lectura de un determinado texto, presionando hasta su desaparición un detalle fundamental que es necesario considerar para la recepción apropiada de toda obra de arte: ésta es fruto de un subjetividad, y como tal, es apropiado para su comprensión el análisis de las opiniones del mismo autor con respecto a lo que ofrece.  Pero divago. Escribo sobre Borges y El aprendizaje del escritor, texto recientemente editado por Sudamericana, y lo hago debido a que consiste éste volumen en un compendio de las conferencias realizadas por el autor argentino en la Universidad de Columbia en 1971, tres reuniones en las que Borges charló con los estudiantes y los profesores acerca del cuento, de la poesía y de la traducción.
Este volumen reúne exposiciones orales grabadas en cintas magnetofónicas, lo que no es menor. La naturaleza dialógica del texto enriquece su contenido: lo que vemos es el proceso reflexivo de Borges con respecto a su propia obra, en vivo, fresco, un análisis espontáneo sobre su trabajo que no se esconde en la distancia vicaria de la escritura. Y eso es importante. No es este un Borges de densidades y lentitudes, sino que un sujeto que en ocasiones se contradice, que a veces es prejuicioso, que se equivoca y luego corrige, un autor a quien las preguntas de sus alumnos muchas veces incomodan o motivan a la divagación. Y eso es lo interesante: asistimos acá a la refutación del mito, al retrato de la figura del autor que se revela en las intensidades de la subjetividad, un hombre que es (como) todos los hombres, hubiese dicho él.
La primera parte del texto consiste en la exposición del cuento “El otro duelo”, relato en que desde la pasmosa calma de una voz narrativa que testifica vicariamente un hecho preexistente (el muy borgeano recurso de “la historia que voy a referir me fue contada por…”), asistimos a la tragedia y burla de la historia, la muerte patética del gaucho ensimismado y presionado por circunstancias históricas que está imposibilitado de comprender y que sólo parecieran ser un marco para expresar sus propias pasiones. Luego, es el turno de la poesía, donde Borges comenta sobre lírica, técnica y autores (evidentemente Walt Whitman está presente), y analiza algunos de sus poemas más queridos: “Junio de 1968”, “El guardián de los libros” o “El centinela”. Finalmente, la traducción. Como sabrá el lector, Borges constantemente plasmó una premisa en su escritura: uno hombre es todos los hombres. Y de tan repetida, la premisa ha perdido un valor que se restituye en sus reflexiones acerca de la traducción. Un hombre es todos los hombres en la medida en que el lenguaje, modelo y norma, rige la existencia y da forma a la subjetividad. Y el lenguaje luce como un molde común, estructura que afecta a todos los individuos de la misma manera. Lacan y Foucault refrendan esta afirmación. Sin embargo, he aquí la paradoja exquisita: Borges está consciente de que el lenguaje es en sí mismo una subjetividad. Si bien antecede a la experiencia, la experiencia también antecede al lenguaje en una cadena infinita de semiosis que el sujeto al mismo tiempo superó, supera y superará.  No por nada al autor en más de alguna ocasión se le ha tildado como el padre de la posmodernidad. Y es que la traducción altera las formas y permite la inclusión de una segunda subjetividad en el texto que parasita a la primera, la orienta o difumina. Siendo un hombre todos los hombres debido a su extravío inapelable en el lenguaje.
Texto de lectura rápida y amena, El aprendizaje del escritor permite acceder a la evaluación del propio autor con respecto a su trabajo, mostrando las debilidades y fortalezas de una escritura compleja, crítica y rica en significados. Una propuesta que, como no siempre ocurre, se merece su posición en la biblioteca total de la historia.
Borges, Jorge Luis. El aprendizaje del  escritor. - 1ª ed. - Buenos Aires: Sudamericana, 2014. 173 págs. 

Todos los cuentos: Gabriel García Márquez



Todos los cuentos: G.G.M.

Profesor Cristóbal Vergara

Una compilación total ofrece la posibilidad de reencuentro con los procesos de maduración y formación del autor compilado, revelándose ahí los fetiches, temas, personajes, lugares y conflictos comunes a una obra que se acomoda a las necesidades estético-escriturales propias de cualquier sujeto dedicado al oficio literario, a las reclamaciones del público lector y a las interpretaciones que la crítica realiza de la misma obra, constriñendo o sublimando las ideas base que el mismo autor manifiesta en una primera instancia con respecto a su propia actividad. Aunque extenuante, emprender el ejercicio de lectura de una compilación total siempre deviene en un aprendizaje con respecto a qué es la escritura, aprendizaje que se encuentra contenido en el volumen Todos los cuentos de García Márquez, editado por el grupo Random House Mondadori.
Los volúmenes de cuentos publicados en vida por García Márquez se reúnen en una compilación definitiva que ofrece al lector la posibilidad de enfrentarse a lo antes mencionado: la contemplación voyeur del proceso de maduración llevado a cabo en una vida completa, una obra integral que abarca los relatos publicados desde 1947 hasta 1982, período extenso que dialoga de manera constante con las diversas transformaciones que el mundo experimentó en aquellos 35 años y la interpretación que el autor realizó de éstas.
Los lectores conocen la obra de García Márquez. Es poco lo que sobre ella podría decir. Sin embargo, la lectura realizada de este tomo ha permitido una re-interpretación de la obra del ganador del Nobel desde la perspectiva que la totalidad posibilita. Así, de Ojos de perro azul, su primer libro de cuentos, ansiedades difusas en torno a la muerte se encuentran en un relato como “La tercera resignación”, donde la voz narrativa se enfrenta a su propia muerte en vida y a la posibilidad de sobrevivencia angustiosa a través de la desmaterialización. La fiebre alucinada determina la técnica narrativa de “Tubal-Caín forja una estrella”, confluyendo multiplicidad de planos cronológicos y acontecimientos fragmentados que se engarzan en una estructura caleidoscópica que coquetea con lenguajes experimentales que más adelante darán forma particular a la escritura del Boom.
Del libro Los funerales de Mamá Grande podremos ver el nacimiento de Macondo en el relato “Monólogo de Isabel viendo llover sobre Macondo”, la piedra fundacional de aquella ciudad que es la Latinoamérica exótica en que lo inexplicable, en todas sus formas, cohabita con el día a día de las siestas, las humedades y el sol implacable de un Caribe en que las lluvias duran semanas. De manera similar, el relato que lleva el nombre de este tomo describe el fin de una época, la caída estrepitosa del mito fundacional construido a partir de los periclitados privilegios de clases ancladas en el pasado colonial, quiebre de una univocidad ampulosa a cuyo funeral asisten el Sumo Pontífice y el Presidente.
La imposibilidad de diálogos coherentes entre el mito y lo concreto se desarrolla en “Un señor muy viejo con unas alas enormes”, relato en el que los ángeles lucen seniles y desprolijos, siendo morbosamente recluidos en un gallinero miserable para la contemplación gozosa del pueblo. “Blacamán el Bueno, vendedor de milagros” parece alimentarse de la novela de formación, quizás un guiño a la picaresca; sin embargo, el niño supera al amo en habilidades, llevando a cabo una venganza siniestra que se apone a la imagen del sanador amado por todos. Ambos relatos presentes en el volumen Historia de la cándida Eréndira y de su abuela desalmada.
Finalmente, en Doce cuentos peregrinos variarán los paisajes exóticos, variará la magia, variará el conflicto. El relato “El avión de la Bella Durmiente” delineará la sensación del viejo que contempla en la distancia la belleza juvenil, una belleza enmarcada en un vuelo transatlántico donde no hay diálogos, no hay miradas, no hay nada. Una perspectiva distinta del autor frente a lo que es la literatura y a lo que es la posibilidad contemplativa que pareciera ofrecer la distancia. De manera similar en cuanto a lo común, aunque articulando el relato en torno a un suceso fantástico, “El rastro de tu sangre en la nieve” desarrolla el tema del extravío, transversal en sus múltiples formas a la narrativa latinoamericana. Así, este extravío se actualiza a través de un hijo de burgueses latinoamericanos perdido en un París que no conoce, perdido también en la existencia durante el distanciamiento clínico con una esposa que no para de sangrar. El exotismo tan bien recibido en años anteriores, aquel color local que representaba el Boom, parece ahora desplazado a través de este personaje, perdido, desorientado en un París de coordenadas imposibles donde no es oído, considerado ni aceptado.
Siempre es valiosa la lectura de una compilación total, como valiosa es también la lectura del difunto García Márquez. Todos los cuentos permite así un reencuentro con un autor legitimado en todas las esferas, pero que parece consumido en el lugar común. Macondo es innegable, pero es un ingrediente más de una narrativa que contiene en sí más que mariposas amarillas y revoluciones truncadas. Todos los cuentos nos presenta entonces, con sus luminosidades y opacidades,  el desarrollo completo del proyecto estético del autor.
García Márquez, Gabriel. Todos los cuentos. Buenos Aires: Debolsillo, 2014. 528 págs.