MAUS –
ART SPIEGELMAN
Cristóbal
Vergara Espinoza
Lo
primero que podría decir de Maus es
lo evidente: es una novela gráfica. La única que hasta el momento ha ganado el
Premio Pulitzer, por cierto. Y su dimensión gráfica es en sí misma un tema
fascinante. Los judíos son ratones, los alemanes gatos, los norteamericanos
perros, los polacos cerdos, los suizos ciervos. Mediante el recurso de los Funny Animals Spiegelman crea un relato complejo
y descarnado, un universo doloroso y en blanco y negro, de trazos rectos y
gruesos, agresivos. Las posibilidades expresivas del relato visual son llevadas
a límites emocionales debido a su sinceridad y crudeza. Un ejemplo: iniciando
el capítulo II de la segunda parte (Auschwitz: el tiempo vuela), una sucesión
de viñetas muestra al autor con una máscara de ratón y rodeado de moscas en su
mesa de dibujo. Sucesivos encuadres que amplían el plano muestran que éste se
encuentra sobre un montículo de judíos muertos y mientras la prensa y los
auspiciadores lo acosan paulatinamente comienza a transformarse en un niño que
pide auxilio a su madre. Pero ella, Anja, se ha suicidado hace ya mucho. El
episodio es referido continuamente en la novela; sin embargo, una narración
completa de éste se halla en Prisionero
en el Planeta Infierno, comic publicado con anterioridad a Maus e inserto en esta edición. Detalles
como este son abrumadores, demasiado íntimos, algo que no es para nosotros, así
como un diario de vida ajeno.
Pero
¿Qué narra Maus? El Holocausto, ni
más ni menos. Es la novela una biografía de Vladek, el padre del autor, quien
relata a su hijo los horrores de la Guerra en su vejez. Sin embargo, esto es
sólo una parte. La obra abunda en segmentos metanarrativos que dan cuenta de su
proceso de escritura. Así, lo que nos
ofrece Spielgelman es un doble relato, el de la Guerra y el de la escritura,
ambos cruzados por el dolor. Y es que Vladek es un hombre golpeado por la
muerte: la de toda su familia sanguínea, de su primogénito Richieu (con quien
Art rivaliza durante toda una obra que cierra con el lapidario “estoy cansado,
Richieu, basta de hablar por hoy…” de parte de Vladek). Así, si bien las
columnas de humo de Auschwitz impresionan por su peso histórico, mayor densidad
posee acá el paso del tiempo, los pequeños/gigantescos conflictos que Vladek
(cuya caracterización se ajusta a la caricatura nazi del judío) provoca a su
alrededor. Maus devine así en
testimonio, la historia de la Historia relatada desde la singularidad, una obra
en perspectiva técnica y cronológica de una amplitud y maestría abrumadoras en
su sinceridad.
Spiegelman,
Art. Maus (1980 – 1991). Buenos Aires: Literatura Random House,
2014. 296 págs.
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