lunes, 18 de agosto de 2014

SWINGERS – JAIME COLLYER



SWINGERS – JAIME COLLYER

Cristóbal Vergara Espinoza

14 relatos constituyen el último volumen de cuentos publicados de Jaime Collyer; 14 partes de un todo, de un entramado, un cruce constante de episodios que se refieren a acontecimientos ya narrados o por narrar y que devienen en un tomo de impecable unicidad temática en que confluyen la celeridad del cuento y el tempo ampuloso de la novela. 14 relatos que oscilan todos alrededor de conflictos mínimos, nostálgicos y cansinos; 14 pequeñas aventuras que sumadas configuran una ominosa imagen del fin de los tiempos: momento que se acerca en medio de la desidia generalizada de una sociedad que, como la nuestra, luce pasmada en el onanismo y la contemplación de sí misma.
Todos los relatos giran alrededor de las consecuencias de la tecnología en una sociedad que perfectamente podría ser la nuestra en algunas cuantas decenas de años. O quizás no tantos años. El siglo XXI está ya en su cincuentena y la clonación es una realidad. La transnacional Trans-RVU, empresa especializada en el redituable negocio de la “duplicación” es la sombra constante que afecta al puñado de personajes que deambulan en estas páginas, pero no desde una negatividad intrínseca, sino que desde un tópico que es una constante desde el Prometeo griego hasta el Prometheus de Ridley Scott, pasando por el Golem de Meyrink, la criatura de Frankenstein de Shelley y los replicantes cazados por el incierto Deckard en Blade Runner: un conocimiento que se vuelve adverso, que en ocasiones se corporiza y que deviene siempre en tragedia, dolor, desilusión, castigo y muerte.
Los clones y sus consecuencias nefastas son el tópico, toda vez que los humanos que los consumen en todas sus formas son las víctimas de ello. La presencia y comercialización de estas “réplicas” es una constante ya amparada en la ley y que viene a cumplir una serie infinita de funciones en la sociedad aquí descrita: recuerdos de un amor lejano en Juliette muere, el ego científico en Homo habilidis, Origen de las especies, Multiplicación de los nairas y Van Gogh revive, la satisfacción erótica en Swingers y Nostalgia de Andrómeda, la simple necesidad de descansar en Golem, el deseo de tener una mascota en Gato por liebres, el problema de decidir qué regalar a quien está de cumpleaños en Cumpleaños feliz. Y todo está marcado por la tragedia.
Más que la destrucción física, estos cuentos reflexionan alrededor de la aniquilación espiritual de una sociedad que se solaza en unas comodidades que parecieran estar más allá de todo control, reduciendo el cuestionamiento posible del sujeto con respecto a una época en que todo sale mal como síntoma del agotamiento y el hastío de valores agónicos. Es la vida de los clones un fenómeno de apariencias, de virtualidades, ficciones de la naturaleza creadas por la producción en línea y que se enfrentan a sus originales, sus padres, sin que éstos se percaten de que el clon no es el Otro sino que la mismidad, el humano mismo reducido a la imagen y la servidumbre, la existencia determinada de antemano por la de eugenesia y la posibilidad de la inmortalidad en la duplicación.
Uno de los relatos concluye con una frase laudatoria: “Por primera vez en años, se preguntó si ese de ahí sería él […] un hombre no intervenido genéticamente mirándose al espejo al cabo de los siglos, pero tampoco eso pudo precisarlo”. Y he ahí el punto de lo expuesto en estas líneas: Collyer ha sabido amoldarse a la mejor escuela de la ciencia ficción, esa de Brian Aldiss y Ray Bradbury, la existencialista, la problemática, la que en la incerteza del futuro expone la pasmosa certeza del presente degradado y decadente, relatos mínimos en los que todo pareciera confluir en una exhortación al cuestionamiento de todo, hasta de la propia existencia si es que es necesario.         
Collyer, Jaime. Swingers. Santiago: Penguin Random House, 2014. 184 págs. 



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